jueves, 4 de agosto de 2011

ENCUESTAS TELEFÓNICAS

Hemos aprendido en estos últimos años en qué consiste una “guerra sucia”. No se me ocurre ahora ningún comentario, era inimaginable pero pasó. Ahora estamos aprendiendo a conocer qué es una “campaña sucia”. Es bastante simple y fácil de implementar. Consiste en enviar por mail insultos, sarcasmos e ironías referidas a algún candidato, en realidad a algún candidato oficialista, o reproducir denuncias anónimas e incomprobables, o si uno es jefe de algún gobierno comentar que recibió las felicitaciones de la Presidenta en calzoncillos (evidentemente, el hombre quiso ser irónico, pero sólo le alcanzó para ser guarango) Lo más original: encuestas que advierten que el candidato Fulano tiene mal aliento o prurito anal y que solicitan al encuestado que manifieste si a pesar de eso sigue dispuesto a votarlo... La última, la recibí en mi casa y fue algo más sutil. La pregunta que me hacía la encuestadora era si estaba satisfecho con el actual gobierno o si prefería un cambio. “Un cambio”. No me preguntaban de qué signo. Si para arriba, para abajo, para adelante para atrás, para la derecha o para la izquierda. Además de sutil, me pareció ingenioso. Digo sutil, porque como están las cosas, me podrían haber preguntado por ejemplo: “¿Ud. es tan pelotudo como para estar satisfecho con el actual gobierno?” No, no. La pregunta era bien lavadita. El resultado de esta encuesta está cantado. Sumando los que votarían al candidato B, al C, al D, al F y al G; agregándole los votos en blanco, más los anulados, más los de los que no tienen planeado ir a votar, es evidente que el candidato A (el del gobierno) pierde. Entonces se podrá titular tamaño catástrofe: “La mayoría de los consultados quieren cambiar el gobierno” . Pero es claro: por una lamentable distracción de los legisladores, la ley electoral pide que la pregunta que se hace en el cuarto oscuro sea algo así como “Decime, flaco. ¿Quien querés que gobierne? cuando debería preguntar: ¿Quién querés que NO gobierne? En ese caso, el desdichado que gane la elección sería el único habitante del país inhabilitado para gobernar. Y todo quedaría mucho más claro.

No hay comentarios: