El voto es sólo una frase de un discurso más largo y amplio. Si bien no es lo ideal, se puede votar “en contra de...” alguien o algo. Pero ocasionalmente y con total convicción —por supuesto, corriendo el riesgo de equivocarse— se puede votar a favor. En política todo es opinable, sujeto al error derivado de una visión inevitablemente parcial de los hechos. Pero, si queremos ejercer el derecho al voto, debemos tener una opinión, basada de ser posible en una búsqueda del bien común.
Estamos en época de elecciones. Lo más cómodo (y de allí el difundido “no te metás”) es guardar en secreto mi preferencia. Así uno se ahorra antipatías y polémicas. Pero me parece que es un tantito más honesto el explicitarla, fundamentándola lo mejor posible. Yo elijo a Cristina. Y aquí van algunas de mis razones:
La elijo por la política que anuló las leyes de obediencia debida y punto
final, que inició Kirchner y continúa ella. Recuerdo que el mismo Raúl Alfonsín aprobó la anulación de esas leyes que en su momento él debió crear para evitar un mal mayor. También recuerdo haber visto en televisión un reportaje a un jerarca del régimen militar justificando la tortura para obtener información de presos políticos (yo lo vi. No lo leí en Pagina 12) Después se hizo público lo que pasa en Guantánamo (reconocido por Obama) lo de “La escuela de las Américas” etc. etc. etc. No se puede permitir que pase a ser tolerable esa práctica u justificada con el pretexto de que “era una guerra”. Suponiendo que lo hubiera sido, también es cierto que existen los crímenes de guerra y estos deben ser castigados para que no se repitan.
De la misma manera, me pareció de toda justicia el apoyo a las abuelas de desaparecidos en la búsqueda de nietos apropiados, aunque le pese al diario Clarín y a sus periodistas cautivos. En materia de derechos humanos es demasiado larga la lista de medidas merecedoras de aplauso, por lo que me detengo aquí.
La elijo por la independencia de que disfruta el poder judicial que hace que cualquier juez de mala muerte (y perdón por el ex-abrupto) suspenda por tiempo al parecer indefinido una ley aprobada por ambas cámaras por abrumadora mayoría como es la Ley de Medios
La elijo porque dicha ley busca garantizar una mayor pluralidad de voces en los medios audiovisuales. En esta elección me siento muy bien acompañado por la gran cantidad de periodistas honestos que la han aplaudido.
La elijo por la Asignación Universal por Hijo que había sido reclamada por la C:T:A:, el Episcopado Católico y varios partidos políticos que, como era lamentablemente previsible, comenzaron a criticarla una vez implementada.
La elijo por la asignación a mujeres embarazadas que, mucho más que cualquier declaración o condena, evitará abortos y disminuirá el agobio y la angustia de muchas.
La elijo por la libertad de prensa que existe. Por haber suprimido como figura penal el delito de calumnias a funcionarios públicos. Por supuesto que como era de temer, esa libertad es usada por muchos para insultar a la Presidenta, difamarla y ¡afirmar que no hay libertad de prensa! Pienso que, a medida que nos acostumbremos al uso responsable de la libertad, aprenderemos a decodificar los mensajes emitidos por medios interesados.
La elijo por haber disminuido notablemente la desocupación, la pobreza y la indigencia. Claro que el universo de mi información es limitado, sólo el de mis amigos que estuvieron desempleados y ya no lo están y el de la guardería infantil con la que colaboro en un barrio humilde. No me guío por datos del INDEC, sino que confío en la información aportada por el padre Farinello y por Juan Carr. Yo los escuché por radio, no es una noticia de Miradas al Sur. También escuché un reportaje a la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), Alicia Bárcena, elogiando los resultados de la política económica y social del gobierno.
La elijo por su política laboral con paritarias y discusión abierta sobre salarios.
La elijo por la excelente relación con los representantes de los trabajadores, que, mal que les pese a muchos, son los que son. La elijo también porque a pesar de esta excelente relación, por primera vez hay dos altas autoridades de importantes sindicatos presos por delitos comunes.
La elijo porque a diferencia de la década del ’90 ya no “estamos de rodillas” (confesión de Dromi) sino que los argentinos decidimos nuestra política económica.
La elijo por su apoyo a las cooperativas de trabajadores de fábricas recuperadas. Por la ley de quiebras.
La elijo por el crecimiento del MERCOSUR, la creación de la UNASUR, la rápida intervención evitando un conflicto entre Colombia y Venezuela y ayudando a abortar un golpe de estado en Ecuador. Como contraste vale prestar atención al hipócrita papel desempeñado por la OEA ante la destitución y expulsión del país del Presidente constitucional de Honduras, José Manuel Zelaya. La OEA, actuando como mascarón de proa de USA en América Latina, condenó esa destitución, para finalmente tolerarla, aceptándola como un hecho consumado.
La elijo por haber recuperado, a través del ANSES, la administración de las cajas de jubilaciones, terminando con el negocio de las AFJP y aplicando el principio de solidaridad entre los trabajadores activos y pasivos.
La elijo por haber terminado con el permanente déficit fiscal y de la balanza comercial, por la acumulación de reservas, y porque el Banco Central no esté tanto dedicado a las finanzas como a la producción.
Pero esto se está haciendo algo largo. Sólo me queda agregar que, si no fuera por todo lo anterior, la elijo por sus declarados enemigos. Tengo muy claro desde hace tiempo que, si la Sociedad Rural (fundada en 1866 por, entre otros, un tal José Alfredo Martinez de Hoz, que promovió los fusilamientos por las huelgas rurales en la patagonia hacia el año 1921, que aplaudió calurosamente la carroza en que entró el dictador Onganía a la exposición rural así como a los más recientes dictadores asesinos y torturadores, a Menem y Cia. y silbó e insultó a Raúl Alfonsín) Si la Sociedad Rural, decía, si los nostálgicos de los militares y si Mariano Grondona están en una misma y única vereda, yo estaré siempre en la de enfrente. Me ayudan mucho esos personajes para aclarar mis ideas, ya que esa derecha oligárquica y antidemocrática fue siempre absolutamente coherente. Y esta calificación no es expresión de odio. Es sólo explicitar quien es quién. Cristo también denunció a los “sepulcros blanqueados” y a los “hipócritas”. Termino aquí reiterando, por si hace falta, que ésta es sólo mi opinión, obviamente falible.
viernes, 29 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario