martes, 19 de julio de 2011

EL GRANO DE TRIGO Y LA HORMIGA

Un grano de trigo que quedó en el campo después de la siega, esperaba la lluvia para volver a esconderse debajo de los terrones de tierra. Lo vio una hormiga, y se lo cargó encima dirigiéndose trabajosamente hacia su cueva.
— ¿Por qué te fatigas en llevarme? —dijo el grano de trigo—
¡Déjame en mi campo!
—Si cada una de nosotras —responde la hormiga— no lleva un poco de comida a la despensa, no tendremos bastantes provisiones para este invierno.
—Pero yo no estoy hecho solamente para ser comido —replicó el grano de trigo— Yo soy una semilla llena de vida, y mi destino es aquél de hacer nacer una planta. Hagamos un pacto...
Contenta de descansar un poco, la hormiga bajó el grano al suelo y le preguntó:
— ¿Cuál pacto?
—Si me dejas aquí en mi campo, renunciando a llevarme a tu casa, yo, dentro de un año, me comprometo a devolverte cien granos iguales a mí.
¡Cien gramos a cambio de uno solo! —pensó la hormiga— ¿pero cómo harás? —preguntó al grano de trigo.
—Eso es un misterio —respondió el grano— es el misterio de la vida. Excava una pequeña fosa, sepúltame allí dentro, y después vuelve aquí dentro de un año.
La hormiga lo escuchó. Tomó la semilla, la depositó entre los terrones de tierra, y al año siguiente vino a ver si estaba.
Sí. El grano de trigo había cumplido la promesa.

Leonardo da Vinci
Fábulas

No hay comentarios: