viernes, 29 de mayo de 2009

UNA CONFERENCIA - 2

LA VIDA NO ES JUSTA


El primer consejo que el “Empresario Exitoso” supuestamente les dio a los estudiantes fue el siguiente: “La vida no es justa, acostúmbrate a ello”. Indiscutiblemente, no carecía de razón el conferenciante. Hay montones de injusticias visibles para cualquiera que preste atención. Algunos, sin mérito alguno de su parte, nacen ricos mientras otros son congénitamente pobres, hay quienes tienen salud para regalar y otros en cambio son enfermizos, hay inteligentes y obtusos, hay bellos y hay feos. La vida “no es justa”. Esto es así y no tiene sentido rebelarse contra algo que es irremediable. Claro, siempre que sea realmente irremediable. Por eso me preocupa un poco el sentido de la segunda parte del axioma enunciado. Uno se “acostumbra” a aceptar que el fuego quema, que patear un adoquín descalzo es desagradable, etc. Pero “acostumbrarse” a la injusticia —y no se me niegue el derecho a creer que se sugiere no sólo acostumbramiento sino también “resignación”— me suena como algo muy conveniente para el que resultó favorecido por esa situación de injusticia. Y como el conferenciante es ultramillonario, me parece un consejo interesado. Se puede aducir que el hecho de que alguien sea ultramillonario no implica necesariamente una injusticia. El hombre puede haber sido muy trabajador, inteligente, haber aprovechado todas las oportunidades que se le brindaron, pudo haber tenido mucha suerte, etc. Pero aquí entramos en un terreno algo cenagoso. Porque: ¿Esto es realmente así? ¿Esa es la forma habitual de hacerse ultramillonario? ¿No se trampeó un poquito al fisco? ¿No se pisó alguna que otra cabeza? ¿No se permaneció indiferente ante tantas necesidades del prójimo? ¿No lleva exactamente a eso el estar “acostumbrado” a aceptar como inevitable que “la vida es injusta”? ¿El que la vida sea injusta, supone que necesariamente debe ser injusta? ¿Es que existe el “deber ser”? Por eso digo que aquí entramos en un terreno algo cenagoso.

1 comentario:

Damián Bacalov dijo...

El discurso de aceptación y resignación al status quo es, definitivamente, lo más conveniente para el que está en una posición privilegiada.

Gran post.