jueves, 21 de mayo de 2009

POLACO

“La curda que al final
termine la función
poniéndole un telón al corazón”


No polaco. Aunque no nos guste, la función sigue sin nosotros. Bien o mal escrita, interpretada por mediocres o excelentes autores (y somos ambas cosas vos y yo) con un reparto cambiante y renovado, la saga continúa, siempre repetida, siempre apasionante. Cerrar los ojos, mirar para otro lado o dormirse no influye en la obra. O quizá sí influye, sólo que nunca lo sabremos. Es cierto que hace rato que no nos sorprende, que ya olvidamos el entusiasmo, que parecería que ya terminó nuestro papel. Nuestro personaje pasó, dijo lo suyo y pasó; sólo nos queda mirar sin pasión conflictos ajenos que no nos interesan. ¿Sabés qué pienso? Que si es cierto que sobramos, que quedamos al margen, es porque nos olvidamos del drama por mirarnos el ombligo. Que cada vez gastamos más tiempo en el espejo o mirando fotos viejas. Que tendríamos todavía cosas que decir, que podríamos cambiar mucho de la trama si probáramos ponernos en la piel de los otros y tuviéramos algo más de coraje, si dejáramos a un lado el miedo al riesgo, a equivocarnos; el miedo a vivir. Si te animás, vamos juntos. Creo que me gustaría volver.

No hay comentarios: