Nunca se sabe cuándo llegará el gran momento de nuestra vida. El instante glorioso en que, acercándonos un micrófono, se nos pida que formulemos Una Declaración. Como la experiencia indica que el hecho es casi siempre imprevisto, es conveniente estar permanentemente alertas y bien preparados para no tener que lamentar una actuación deslucida. Aquí van algunos consejos para tener en cuenta. Supongamos que uno está en la vereda viendo pasar señoritas, cuando un colectivo, después de una sonora frenada y entre ruido a vidrios rotos mete toda la trompa dentro de la tienda del vecino. Obviamente, lo primero es llamar al canal de más rating. Los minutos que pasan hasta que llega la unidad móvil deben ser empleados en buscar las palabras más adecuadas. En la declaración ante el periodista que uno tiene derecho a exigir como testigo presencial, debe tenerse especial cuidado en evitar las primeras palabras que se le ocurran. No decir por ejemplo “choque”; “colectivo” o “tienda” sino “colisión”, “unidad” y “comercio” respectivamente. De igual modo, si a la salida de la cancha viene el micrófono, grabador o celular con el correspondiente periodista detrás y nos pide una opinión sobre el partido, invoque a Horacio Aiello y nunca diga córner sino tiro de esquina, que tal jugador está viejo sino que cumplió su ciclo, que el cuadro está lleno de troncos sino que está “descompensado en sus líneas”, etc. Pero sobre todo, ¡Por favor! nunca diga pelota. Esa fea palabra deberá ser sustituida por “balón”, esférico”, “útil”, “cuero”, “bocha, etc. Si Ud. está en una mesa redonda y en medio del debate se distrae por cualquier motivo valedero como una mancha en la corbata del Dr. Fulano o el escote de la licenciada mengana, y justo en ese momento le dan la palabra, nunca permita que se note que no tiene idea de qué están hablando. Ud. deberá tener a mano esta frase: “Los estaba escuchando atentamente, pero me quedé enganchado con… (y aquí menciona el último tema que se acuerda estaban discutiendo) Hay muchos de estos pequeños recursos que le permitirán lucirse. Algunos son muy sutiles. Por ejemplo, si tiene que opinar de política, hable siempre con tonada del interior (la más fácil de imitar es la cordobesa) Si no sabe que adjetivo poner a cualquier cosa, diga que es “muy especial”, si lo sorprenden violando a un escolar niegue todo y diga que confía en Dios y en la justicia, etc. etc. Como ve, no es demasiado complicado evitar que pase sin pena ni gloria el momento culminante de su vida.
(De "Filosofía de boliche")
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