viernes, 4 de enero de 2008

MEDIOS DE PAGO

Este cuentito quedó -felizmente- obsoleto. Es un recuerdo que quedó de una época más tragi que cómica del país. De aquel país de opereta de Méndez y de De la Ruina. Pero tal vez sirva como pieza de museo.

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—Y... sí. Parece mentira, pero es así querido. Vos te lo perdiste por estar fuera del país tanto tiempo. Yo estuve por cerrar la fiambrería, cada vez vendía menos y ya no me alcanzaba ni para el sueldo del Negro. Ni qué decirte del alquiler, los impuestos, la luz... que sé yo. ¡Tres años de malaria...! ¿Te das cuenta? Tres años de agonía fueron, ma que recesión, de agonía fueron... Todo parado... todo parado estaba... Vos me dirás que lo de ahora es medio complicado; y sí, lleva su tiempo ponerse de acuerdo, hay que aprender a regatear un poco y se acabaron las calculadoras. Pero funciona, querido, el nuevo sistema funciona. Se pagan los sueldos, la gente compra, aparecieron las fábricas de nuevo... con decirte que volvió la polución... ¿Te acordás cuando protestábamos por la polución? Mirá que éramos giles...
No se puede decir que lo inventó alguien en especial, ¿viste? Se empezó con los tickets canasta... ¿Te acordás? Así, tímidamente, de a poquito... Después hubo algunos gobernadores que medio a escondidas imprimieron bonos con la cara de unos próceres truchos y pagaron los sueldos con eso. Si te gusta bien y si no, andá a cantarle a Bin Laden. La gente se puso furiosa, rompía vidrios y lloraba por la televisión, pero llegó el momento en que a las gomerías ya no les quedaban gomas para quemar en la calle y perdido por perdido, los agarraron. Lo mismo pasó con los minoristas, después con los mayoristas, con los fabricantes... Todos protestaban y todos terminaban aceptándolos y pagando con eso. Y vieron que se trabajaba, se cobraba, se compraba, se vendía, se fabricaba y se daba trabajo... y a empezar de nuevo. Al prócer trucho le apareció una sonrisa. Ya parecía Gardel con barba. Pero el espaldarazo se lo dio Rucucu con los patacones... Esos los llegaste a conocer. Tenían el problema de que había pocos billetes chicos, eran todos de 20. En la fiambrería me pasó varias veces; venía la doña, compraba por 15 pesos y me pagaba con 20 patacones. Yo minga que le iba a dar el cambio en pesos. Entonces le daba un vale por cinco para que volviera a comprarme otra vez. Al principio yo pensaba que así, de paso, la tenía enganchada, pero después me enteré de que mis vales también circulaban como moneda por el barrio. De haberlo sabido de entrada, no te digo que le ponía la foto de mi abuelo, el que fundó la fiambrería, pero por lo menos los hubiera hecho con linda letra... Al tiempito, en el barrio circulaban vales de todos los comerciantes, así que para poder vender empecé a aceptar los vales del quiosco, del almacén de la Mary y del boliche. Venían tantos que tuvimos que ponernos de acuerdo para escribirlos en papel limpio y más o menos del mismo tamaño (te digo que el gallego del boliche, de agarrado que es nomás, los hacía en cachitos de diario, los hacía) Modestia aparte, te puedo decir que los vales nuestros tuvieron bastante éxito, con decirte que ya los acepta Carrefour ...
Para la misma época, me acuerdo, el gobierno de la Nación sacó otros bonos; se llaman Lecop y se los da a las provincias en lugar de pesos. También empezaron a funcionar lo clubes de trueque... Ah... ¿No sabés qué es eso...? Mirá: vos llevás algo que querés vender y te traés algo que querés comprar. Por la diferencia que puede haber en los precios te dan un papelito. También podés pedir o dar un servicio... Así, cuando el pasto del fondo está muy alto, yo me llevo, digamos un salchichón, y consigo jardinero por dos o tres horas. Hay muchos clubes y muchos tipos de papelitos con distintos nombres y de distintos colores, yo estoy metido en tres. Pienso pintar el frente del local, creo que lo puedo sacar por dos jamones y unos cuantos vales del gallego... para pagar la pintura me arreglo con los patacones.
Mirá, tenés razón, se ves que conocés a la gente, vos. Es cierto, hay
muchos que todavía no entraron... Gente antigua... ¿Viste? Pero que le vas a hacer... Hay que educarlos de a poco... Y sí... tengo algunas señoras que no quieren entrar ni con los bonos ni con los vales, así que tenemos que negociar en vivo y en directo digamos... Tengo una que siempre se me cae con los atados de lechuga que planta en el fondo de la casa; si está buena, se puede llevar unos tallarines, si viene medio pachucha en todo caso le doy algunos cubos de caldo para la sopa... Pero es medio incómodo; con decirte que a un solterón de aquí a la vuelta le cayó gente a comer y se me vino con una alfombra al hombro para llevarse lasaña para ocho... nos llevó bastante tiempo ponernos de acuerdo en los precios, pero me agarró tierno porque me metejonié con la alfombra... Decime si no tengo razón: si no es con el nuevo sistema ¡Cuándo iba yo a comprarme una alfombra...!
¡No me digas...! No... eso es una exageración, porque hay que tener muñeca como para saber hacer una excepción de vez en cuando... ¡Y más con uno que recién llega del extranjero...! No... eso de que el chofer del remis no te quiso aceptar dólares y te pidió dos docenas de empanadas de humita, me parece fuera de lugar, que querés que te diga...
No, no... la deuda la seguimos pagando puntualmente. Como dijo el ministro: está de por medio el honor del país.. Decime si no es para estar orgullosos. Digan lo que digan, este es un país en serio Y siempre con la paridad uno a uno ¡Menos mal que tenemos una moneda fuerte...!

(de "Filosofía de Boliche")

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