DIOS AMOR

. Hay que “ser el Amor” Hay quien hace las cosas “por amor”. Hay quien hace las cosas tratando de “ser el Amor”. Quien hace las cosas “por amor”, las puede hacer bien, pero, por ejemplo, creyendo prestar un gran servicio al hermano, a lo mejor enfermo, puede aburrirlo con sus charlas, con sus consejos, con sus ayudas: con una caridad poco atinada y pesada. Pobrecito: él tendrá un mérito, pero el otro tiene un peso… Esto sucede porque lo que hace falta es “ser el Amor”. Nuestro destino es como el de los astros: si giran, son; si no giran, no son. Nosotros somos -en el sentido de que en nosotros vive no nuestra vida, sino la vida de Dios- si no dejamos de amar ni un instante. El amor se sitúa en Dios, y Dios es el Amor. Pero el Amor que es Dios, es luz, y con la luz se ve si nuestro modo de acercarnos y servir al hermano es conforme al corazón de Dios, como el hermano lo desearía, como soñaría si a su lado lo tuviera a Jesús, y no a nosotros. Chiara Lubich (del libro "El arte de amar")