miércoles, 7 de julio de 2010

POBRE COMO EL QUE MÁS, UN ARISTÓCRATA

También tengo otro Cristo
con los ojos abiertos.
Muerto y esbozada la sonrisa.
Ellos no saben qué hermosa
es esta pieza de cacería
ni que le agrega belleza
la ropa raída.
¡Ni que hubieras posado para la fotografía!
Tan bello,
tan ubicuo en Valle Grande
Quijote tendido en una tina
bajo el cielo impecable de Bolivia.
Seguro que Isaías
te contó entre los suyos
para una profecía;
mutilados sin tumba
sin entierro y sin misa
para escarmiento de América Latina.
No salen en la foto
el sol, la sed, la mugre,
el asma, el hambre, la fatiga
el coraje
la Utopía

María Llosa

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