DIVAGUE MENTIROSO

Mi abuelita decía siempre que mentir es muy feo, pero las modas cambian. Si bien se demuestra poca imaginación, uno puede decir siempre la verdad. Es algo aburrido pero dicen algunos que así la pasan bien. Otra posibilidad es exagerar un poquito y muchas veces queda gracioso. También se puede mentir. En realidad, lo único que uno hace sin querer es equivocarse, a menos que a uno le guste demasiado hablar de lo que no sabe; en ese caso se equivoca queriendo. Porque conviene destacar que no es lo mismo el error, que la exageración o que la mentira, aunque abusar de cualquiera de ellos puede convertirnos en personas no creíbles. Dado que encumbrados funcionarios se sienten muy desdichados porque se los considera mentirosos, henos elaborado un modesto listado de consejos para conseguir credibilidad.
1) Decir muy seguido “No sé, m`hijo, yo en eso soy muy ignorante”. Tiene una doble ventaja: por un lado, uno no miente; por otro, y según con el tono con que se emplee, puede dejar en la gente la impresión de que uno es extremadamente humilde. Por lo menos a Borges el sistema le funcionaba.
2) Ante el asedio periodístico, nunca emplear el “No me atosiguéis”. En todo caso, con autoridad, aire serio y hablar pausado decir “No haré comentarios”. Si esta frase es repetida con la misma inflexión monótona 15 ó 20 veces, es muy probable que los periodistas se desalienten y abandonen la nota.
3) Si se decide mentir, hay que mentir con todo. Con las palabras, la voz y el gesto. Nada de andar guiñando los ojos haciéndose el pícaro.
4) Si Ud. se equivocó y su error se hace evidente, llame a los mismos a quienes sanateó y diga “Me equivoqué”. Si en cambio Ud. mintió y lo descubren, corresponde el: “Renuncio a mi cargo porque me da vergüenza mostrar la cara”. Eso de “Me sacaron de contexto”, no va más. De esta manera, dejará de ser un funcionario encumbrado y es probable que hasta tenga que trabajar para vivir, pero por lo menos, en el barrio le van a creer.

(de “Filosofía de Boliche”)