martes, 12 de junio de 2012

ESTÁ TODO BIEN

Como es probable que ustedes no frecuenten las noticias deportivas, mejor dicho las que están relacionadas de alguna manera al deporte, les voy a contar una anécdota. Hace un tiempo, el entrenador de Boca, Carlos Bianchi, anunció que no era su intención renovar el contrato que tiene con el club y que vencía a fin de diciembre. El técnico no mencionó (y no tenía por qué hacerlo) cuál era el motivo de esa decisión. Al vencerse un contrato, él, como cualquiera, puede elegir no renovarlo sin necesidad de explicar los motivos. Como la hinchada interpretó que Bianchi se iba del club por desavenencias con el presidente Mauricio Macri, el siguiente domingo se dedicó a insultar de todas las maneras imaginables a este último. Así fue como Macri al término del partido interrumpió la conferencia de prensa del técnico para exigirle repetidas veces y en tono imperativo que haga públicos los motivos que tenía para irse del club. Esto motivó que Bianchi, dejara en claro que reservarse esos motivos era un derecho que no iba a resignar, y que no estaba dispuesto a iniciar una discusión de conventillo. Y ante la insistencia del presidente, se retiró de la conferencia de prensa dejando a Macri solitario y desairado frente al periodismo. Se puede opinar acerca de si su actitud fue o no correcta (por mi parte creo que Macri no le dejó otra opción digna). El hecho es que después de hablarlo en privado como correspondía, citaron a una nueva rueda de prensa. En ella intentaron mostrar que se habían limado asperezas que pudieran afectar la relación entre presidente y entrenador y Macri pidió públicamente disculpas reconociendo que en la anterior se había excedido ya que era prerrogativa de Bianchi el explicitar o no los motivos de su decisión. El ver a un hombre maduro e importante como era el presidente de Boca pedir disculpas a Bianchi, a los periodistas y al público, me llevó a pensar que la gran mayoría de los televidentes, incluidos los comentaristas deportivos simpatizarían con su actitud. No sucedió así, y los que ya lo habían criticado por su intervención en la primera conferencia de prensa, le reprocharon también el pedido de disculpas. Y el motivo invocado fue que éste no había sido espontáneo sino producto de la reflexión. Para estos comentaristas, el “verdadero Macri”, el auténtico, había sido el que actuó llevado por sus reacciones primarias. Todo lo que vino después, lo que hizo después de reflexionar, no fue sino maquillaje, disimulo, falsedad, hipocresía. Es decir que para estos periodistas la capacidad de reflexión, lo que más nos caracteriza como seres racionales, como seres humanos, solo sirve para ocultar nuestra “verdadera” identidad, que es la que se expresa por sentimientos sobre los que no se puede influir. Sólo vale la espontaneidad. Todo lo demás es encubrimiento. Encontré una llamativa, una alarmante coherencia entre lo manifestado por estos comentaristas y lo escuchado en los más diversos ámbitos de la actualidad: reportajes, letras de canciones, conversaciones de adolescentes o de adultos con mentalidad de tales. “Yo soy así”. “Yo voy de frente”. “Yo actúo como lo siento”. “Te digo lo que siento” . Entonces advertí que estas expresiones son algo más que modas. Hay toda una estructura de pensamiento que reivindica al sentimiento como única guía válida para la conducta de los seres humanos. Una estructura de pensamiento que desprecia justamente al pensamiento. Por otra parte, el afirmar que “ése es el verdadero Macri” implica que no existe la capacidad de corrección, de cambio, de crecimiento ni de degradación. Ése es el verdadero y cualquier otro es falso. La conducta de cada hombre está predeterminada, no existe la libertad, por lo tanto tampoco la responsabilidad. Es ilusorio el afán de superación, de perfeccionamiento. Nada es verdad ni es mentira, da lo mismo un burro que un gran profesor. Cada tres frases hay que decir: “Está todo bien” porque aunque no lo esté, no hay opciones. Sabemos que los seguidores de este blog son tan astutos como numerosos.. Quisiera, digo, me gustaría, que alguno de ellos me diga lo que piensa (quizá deba decir “lo que siente”) acerca de este comentario. Quizá haya algún iluminado que pueda contestar esta pregunta que aquí formulo en negrita y subrayado: ¿De dónde salió tanta basura?

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