jueves, 8 de septiembre de 2011

¿ES NECESARIA LA RELIGIÓN?

Es el título de un libro que se anuncia. La pregunta es un desafío. Útil, conveniente, necesario, son adjetivos adecuados para un objeto, idea, o concepto que es pasible de ser elegido. Se lo elige o no, de acuerdo a criterios propios, de utilidad, conveniencia o necesidad. La religión le fue útil a gobiernos para contribuir a la unidad de una sociedad, a individuos como consuelo ante la muerte de un ser querido o el miedo a la propia. El terror a la nada.
La pregunta en sí es algo ambigua. En primer lugar, la religión podría ser una creación humana para acercarse a un dios cuya existencia no se cuestiona. En ese caso, la religión podría no ser necesaria si se entiende que el acercarse a ese dios no requiere de ceremonias, instituciones, intermediarios, de eso que habitualmente llamamos “religión”.
Pero también podría ser que la misma idea de la existencia de un dios fuera una creación humana que, ante el avance de la ciencia ha perdido su utilidad. Y creo que ésta es la primera y fundamental cuestión. Si ese fuera el caso, si lo que debemos decidir es si sigue siendo necesaria la idea de un dios, es que ya se dio por supuesto que esa fue una creación humana. Y que es posible que ésta haya dejado de ser útil.
Pero también podría ser (¿o es que está probada la inexistencia de Dios?) que Dios realmente exista. Y en ese caso, la pregunta sobra. Sería como preguntarse si es necesaria la existencia de determinada estrella. La estrella es, la estrella está, aunque mi vida pudiera no cambiar en nada si desapareciera. Pero además, para los creyentes, Dios no es cualquier estrella, es el Sol. Y este sí que es necesario. Sin él todo moriría. Para el creyente, su religión es algo muy distinto de una de las tantas “culturas” que podría, dando tiempo al tiempo y sin grandes trastornos, ser sustituida por otra. Es nada menos que la herramienta de que dispone para dialogar con Dios, Padre, Creador, amigo que no falla, sostén y esperanza en los momentos de angustia, amor infinito e invariable que todo lo puede y que no desea otra cosa que la felicidad de sus hijos. Y aunque algunos lo hayan usado como pretexto para emprender guerras, para el creyente Dios es el que da fundamento y sentido nada menos que a la fraternidad universal.

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