ODA DEL BICENTENARIO Y A LA RESURRECCIÓN DE LA CONCIENCIA NACIONAL
(Crucificada por el Imperio y dada por muerta en la era neoliberal, mientras los mercaderes saqueaban el templo, los fariseos preparaban la estampita póstuma y unos cuantos Pilatos se lavaban las manos. Alabado sea tu regreso)
Se llovieron de golpe y eran muchos millones
Como diciendo guarda, atenti la gilada
Que soy, y a mucha honra, el aluvión zoológico
Y vengo porque quiero saber de qué se trata.
Ya sé, no se lavaron las patas en la fuente
Ni vinieron a atar caballos en la plaza,
Pero explotaron justo para el bicentenario
Quien quiera oír que oiga, porque señas no faltan.
Bajaban como hormigas de todos los rincones
Y venían contentos, no sé qué les pasaba
Pero en ese momento, fijesé qué injusticia
Me acordaba de algunos, le juro, me acordaba
Que con tanta emoción el himno forrajero
Cantaron en Rosario, con la gola apretada
Y ahora que la patria a festejar salía
Se lo estaban perdiendo, mire usté que macana.
No se los vio a los hombres del surco fatigado
Que siembran desde el living soleado de sus casas,
No hubo cuatroporcuatros ni bombachas de Armani,
Ni los piquetes fashion coparon la parada.
Agitando banderas en la nueve de julio
Poca salsa de soja, mucha cumbia y pachanga
La sociedad urbana cantaba y se reía
La sociedad rural parece que no estaba.
¡Qué manga de inconscientes, cuántas caras felices!
Y eso que en amargarlos se pone mucho empeño
A ver si toman nota profetas del desastre,
Chupapitos mediáticos bailando por un dueño,
Pitonisas berretas, escribas de bolsillo,
Es hora que se aviven, les digo con respeto
Que la fe en el destino común es un imán
Mucho más poderoso que cualquier magneto.
Desde el Colón Mauricio se asomó para verlos
y un pájaro grandote le cagó en la cabeza
gritó furioso viva la Patria (contratista)
y cantó un área penal borracho de tristeza
mientras en el remanso de las alfombras rojas
se ahogaba el viejo cisne de una Argentina vieja
Y en el aire del fino palacio de su ocaso
Se colaba el aroma a cabecita negra.
Que vachaché mi amor, con esta ventolina
Perdieron el timón, piantóse el astrolabio
El barco viró proa y aunque no pinte el puerto
Sabrá encontrar su ruta, adiós a los corsarios.
Se acabaron los tiempos de ajuste y corralito
Saqueadores, gurúes, patas de palo y garfios
Viste, yo te lo dije, tanto hablar de derrame
Se derramó la gente y les puso el epitafio:
“Aquí yace la sórdida patria financiera
A los que aún la lloran y lamen sus resabios
Bergoglio los ayude, más les vale olvidarla.
Pa’l que no pueda, en fin, siempre queda el escabio.”
Jorge Pagés
Periódico El Espejo
Hurlingham, mayo de 2010.
jueves, 10 de junio de 2010
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