lunes, 17 de marzo de 2008
¡HABÍA LOMBRICES!
A los que no lo hicieron antes, y para entender lo que sigue a continuación, les sugiero leer el texto ¿Hay lombrices? publicado el 2 de enero de este año. Y aquí viene la nueva, jubilosa noticia. Pues sí. Había lombrices. Sucede que al examinar recientemente el tambor —aclaro que a esta altura está lleno de todo un ecosistema bullente de alimañas de todo tipo— encuentro que una de las tantas semillas o restos vegetales tirados dentro había brotado. Un largo tallo con tres pálidas hojitas en la punta se elevaba a 20 cm. de la superficie. Entonces, picado por la curiosidad y conteniendo la respiración ya que el olor es bastante poco agradable, tiré del tallito. Y he aquí que el otro extremo del mismo, enterrada en los miasmas orgánicos, venía adherido a una creo-que-cebolla. (digo creo-que porque conviene recordar que estaba aguantando la respiración y no disponía de mucho tiempo para irrelevantes análisis botánicos) Pero lo que provocó en mí un ramalazo de júbilo es que, pegadas a la misma había 3 (tres) despreocupadas lombrices supongo que alimentándose de la presunta cebolla. Casi simultáneamente a este hallazgo me entero de que este Blog tiene por lo menos tres lectores. No quiero decir los nombres para no avergonzarlos públicamente. Y entonces se redondeó la metáfora. Hay por lo menos tantos lectores como lombrices. Como es razonable suponer que la cebolla no es justamente el manjar preferido por mis domésticos nematodos, y que por lo tanto debe haber muchos más saboreando cáscaras de banana, manzana o durazno, tengo derecho a inferir que en algún lugar habrá también otros tres lectores del Blog. Digo tres para completar la simetría en todo este tema. Con seis lectores o más este blog pasa a convertirse en un boom editorial, y yo en un autor exitoso. Así que quedo enormemente agradecido a mis tres conocidos y a mis otros tres o más desconocidos lectores y les deseo felicidad eterna.
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